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Disfagia

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Nuestra intervención para la disfagia se centra en mejorar la seguridad y eficiencia al tragar, reduciendo riesgos de atragantamientos, neumonía por aspiración y desnutrición. Para ello, utilizamos técnicas de rehabilitación, ejercitación orofacial y adaptaciones de consistencias de alimentos y líquidos, siempre con un enfoque integral y personalizado.

¿Qué es?

La disfagia es la dificultad para tragar alimentos, bebidas o incluso la propia saliva. Puede manifestarse de forma leve, moderada o grave, y presentarse en diferentes etapas de la deglución:

  • Oral: Problemas para masticar, formar el bolo o iniciar el paso del alimento.
  • Faríngea: Dificultad en la fase de propulsión del bolo hacia el esófago.
  • Esofágica: Inconvenientes en el paso a través del esófago.

La disfagia puede surgir a causa de trastornos neurológicos (ictus, Parkinson, parálisis cerebral, etc.), lesiones estructurales, cirugías, envejecimiento o patologías degenerativas.

¿Para quién es la terapia?

Personas adultas o mayores con secuelas de accidentes cerebrovasculares, demencias u otras enfermedades neurológicas.

Niños y niñas con trastornos motores o del desarrollo que dificulten la deglución.

Pacientes postquirúrgicos que presenten alteraciones temporales o permanentes al tragar.

Cualquier individuo que, por diferentes causas, experimente tos, atragantamientos o fatiga al ingerir líquidos o alimentos.

Implicación de la familia

La familia tiene un rol fundamental en la rehabilitación de la disfagia:

Seguimiento de recomendaciones: Ajustar la dieta y la consistencia de los alimentos según las pautas establecidas por el logopeda y/o nutricionista.

Apoyo durante las comidas: Supervisar el ritmo de ingesta, las posturas y la técnica de deglución entrenada en terapia.

Refuerzo de los ejercicios: Ayudar a la persona a realizar las prácticas orofaciales y respiratorias propuestas, asegurando su constancia.

Comunicación continua: Reportar cualquier dificultad o cambio en la deglución para ajustar el plan de intervención de manera oportuna.

Celebrar los avances: Reconocer cada pequeño logro refuerza la motivación y ayuda a superar los obstáculos.

¿Cómo trabajamos?

Evaluación Inicial:

  • Se realiza una exploración clínica detallada y, en algunos casos, se solicita una videofluoroscopia o endoscopia de la deglución para identificar la fase afectada y diseñar el plan terapéutico adecuado.

Diseño del Plan de Intervención:

  • Se establecen objetivos concretos y personalizados, teniendo en cuenta la edad, la patología de base y las necesidades nutricionales de la persona.
  • Se discute con el equipo multidisciplinar (médico, nutricionista, terapeuta ocupacional, etc.) para ofrecer un enfoque global.

Sesiones de Rehabilitación:

  • Ejercicios orofaciales y de postura para fortalecer la musculatura implicada y mejorar la coordinación al tragar.
  • Entrenamiento en maniobras deglutorias y ajustes de consistencia, con el fin de garantizar la máxima seguridad durante la ingesta.
  • Uso de técnicas de compensación, en caso de que la deglución no pueda ser totalmente restaurada.

Orientaciones para la Familia:

  • Instrucciones claras sobre la mejor postura para comer, la consistencia adecuada de los alimentos y el ritmo de alimentación.
  • Material didáctico y ejercicios para realizar en casa, reforzando el aprendizaje entre sesiones.

Seguimiento y Reajuste del Tratamiento:

  • Se llevan a cabo valoraciones periódicas para evaluar los progresos y, si es necesario, adaptar objetivos y estrategias según la evolución clínica.

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